Desde mi punto de vista humilde como compositor, pienso que se está creando una controversia innecesaria entorno a estos dos conceptos que en ningún caso pueden conllevar connotaciones negativas. Y con ello, no crean que voy a hacer apología de ni de las más vanguardistas visiones de los cursos Internationale Ferienkurse für Neue Musik, Darmstadt, ni de cualquier corriente “involutiva” tal y como algunos compañeros entienden aquí, ya que podríamos hablar como primera etapa “involutiva”, y no por ello restándole la importancia que se merece ni mi admiración del Clasicismo, por su vuelta a los cánones de “construcción arquitectónica” y sencillez del Renacimiento, ante un modelo musical que había sido “derrogado” por la saturación de ornamentos, entre otras cosas. Pero no por ello la involución de vuelta al Renacimiento quiere decir que no sea diferente el Clasicismo en muchos aspectos intrínsecos, y que por ello no exista un evolución sobre aquél.

Como supongo todos los sufridos compañeros que se dedicarán a esta profesión pensarán, en época de Beethoven podría estar muy bien visto el oficio del creador, pero ahora desgraciadamente no lo está (no estamos para ir exigiendo a un gerente de cualquier orquesta nacional un trompa adicional para nuestras obras como hace Beethoven en Eroica (véase "Eroica, The Movie". BBC, 2003), porque eso te cierra puertas e incluso que tu obra no sea estrenada). Cualquiera del gremio debe de ser consciente a qué público va a ser dirigida una pieza concreta y por ello el grado de “involución” que va a ser utilizada, aunque de manera sutil y con nuevos recursos y lenguajes, para no ser “descubiertos”.Tal vez, la cantidad de intrusismo que podemos tener tanto compositores – aunque existen excepciones como S. Sciarrino, importante compositor autodidacta- como directores y otras disciplinas, así como el procedimiento de planificación de las principales orquestas nacionales, o el perfil del público “consumidor” de abono, sean factores que provoquen que el gran público no comprenda la interesante producción musical culta que se está dando en España actualmente. Yo como instrumentista puedo dar fe, que hasta que no realicé mis cursos de grado superior no pude disfrutar de un repertorio contemporáneo, y como docente sé que no hay una preparación para el hecho cultural en general ni musical en particular en las escuelas como la que podemos encontrar en otros países vecinos como Alemania donde las nuevas vanguardias es tema curricular ya en la enseñanza obligatoria mientras que en España se imparte en bachillerato sustancialmente y con muchas reservas.

Ahora mismo me viene a la cabeza que en interesantes compositores actuales como David del Puerto, premio nacional de música en el 2005, podemos ver una Chacona en su cuarteto de cuerda (2002) o una Passacaglia en su Sinfonía nº1 “Boreas”. ¿Cuanta música se conoce por el público general de Carmelo Bernaola y que no sea “Verano Azul”?. ¿Podría haber utilizado libremente su estilo en la composición de melodías entrañables como la de esta serie española?. Podemos encontrar muchos ejemplos de pasajes de autores contemporáneos que recuerdan a otros del pasado, pero no por ello podemos hablar de plagio, sino de renovación y adecuación a la época en la que le ha tocado convivir. Y me pregunto, ¿esto es una evolución de una involución?.

Y a raíz de estos argumentos pienso en Emilio Calandín, con obras como Magma, cuarteto de cuerda, buque insignia de las formas musicales camerísticas del Clasicismo, ni por supuesto ninguna mente pondrá en duda su “evolución” creativa con la “involución” en la denominación de títulos como “obstinato”, “preludio”... por su renovado lenguaje ni grafismo.

Tampoco creo que sea casual que la formación de cualquier creador se base en los antiguos cánones ni en desfasadas y estrictas reglas armónicas y contrapuntísticas... ¿Schoemberg involucionó en su nuevo lenguaje dodecafónico utilizando procedimientos contrapuntísticos -retrogradación, inversión, etc...-? Pienso que no. ¿Acaso, aquellos que juzgaron a Schoemberg como fundador de una corriente transgresora con el pasado, no sabían que era un gran conocedor de la armonía tradicional como demuestra en su tratado de armonía?¿ y O. Messiaen?...

Ahora ya está totalmente desfasado aquello de tocador, instrumentista, músico... Ahora estamos obligados a ser un artista intelectual como en cualquier disciplina y a desarrollar una creación interdisciplinar rompiendo barreras. Miramos a Oriente, a África, como ya pasó en el Romanticismo para inspirarnos... Hacia la estocástica, hacia nuevos sonidos, nuevas tecnologías...

Todo está escrito, todo está oído. Se trata de renovar o mejorar o evolucionar todo aquello que ya existe y que está en nuestra mano (involución),porque a mi entender la embriaguez vanguardista que hubo en los años 60 y 70, y la salvaje evolución, y ahora sí que me remito a Darmstadt, hubieran significado una nueva concepción de arte e incluso su autodestrucción, posiblemente.

Para mi evolución y involución: fifty-fifty... Son conceptos simbióticos...